miércoles, 21 de marzo de 2012

EL MURO

Bueno, fui ayer a la ultima función.
No saque entradas para las anteriores porque no tengo mucha plata para gastar en recitales, pero cuando salio la ultima fecha me dije:
Si este disco te marcó a tus diecialgos años cuando lo escuchabas en el pasacasettes encerrado en tu pieza de La Habana a todo lo que da.... debes ir
Y asi lo hice.
Fui a la popular San Martín, nada de que quejarme respecto a lo técnico, el sonido es lo mejor que he escuchado, las imagenes proyectadas hacian que la lejania del escenario fuera intrascendente.

El playback, la imágenes pregrabadas y todas esas cosas que los fanáticos de la interacción banda - público han criticado con justicia a mi poco me importan, y no porque no sea exigente.

Creo que, como muchos de los que asistieron a este evento, no fuí preparado para ver un Show o un clásico concierto de Rock sino que fuí a vivir, o revivir sensaciones. Esto es asi debido a lo que me produce Pink Floyd y su música: una mezcla de sencaciones, recuerdos, anhelos... rebeldía interna, placer músical, y mas.
Por eso no me molesto ver gente sentada y tranquila, total, me basta con mirar al gordo sentado a mi lado y ver q caen lágrimas de sus mejillas cuando finaliza "Confortably Numb", mirarlo y decirle.... "te entiendo" y secarme la incipiente humedad ocular.

Ver consignas antisistema en la proyección y la contradictoria venta de merchandising a precios exhuberantes tampoco fué motivo de enojo, nunca compro lo que me dicen que compre, solo compro lo que necesito, siempre lo he hecho y no cambiaré por mas que me lo traten de imponer.

Siempre fuí antisistema, capitalista por supuesto, y a mis casi cuarenta años, cuando despues de convivir con el sistema por 13 años a veces me encuentro jugando sus macabros rompecabezas, esas simples frases vendedoras de discurso que Waters proyecta en el muro pasan a ser reafirmaciones de mis mas profundos sentimientos.

Creo que los amantes del concierto - rock clásico, mas acostumbrados a las apasionadas muestras de afecto del público hacia sus bandas pueden sentirse extraños en el recital de Waters, pero entiendan, el evento va por dentro.
No es un recital de Waters, del que en solitario no soporto ni un disco, es una aproximación a la música de Pink Floyd, la cual recomiendo escuchar en paz.
Muchos de los amantes de Pink Floyd, casi seguro que cerraron los ojos en mas de una parte y vieron su propia película, como lo hice yo.

Pero si alguna vez derribaste un muro, no te lo podias perder.